El educador profesional es sin duda uno de los más grandes
compromisos como seres humanos. Influimos dentro de cada uno de los discentes y
tenemos la oportunidad de cambiar vidas, para bien o para mal.
Considero que el trabajo del profesor es ahora igual de
absorbente que antes, hablando de los verdaderos profesores. El que prepara la
clase, diseña estrategias, se preocupa por sus estudiantes y por el contenido
actualizado. Considero que la formación profesional ha cambiado. La gran
mayoría de nosotros somos profesionistas antes que educadores. Pedagogía la
hemos adquirido en las propias aulas
Preparar una clase está claro que lleva mucho tiempo, que no
es sencillo ya que como tal debemos observar primero el contenido, el
tiempo, la infraestructura y adaptar la
actividad a las características del
grupo. Otro punto de inversión es la evaluación. Considero que Blackboard nos
da pauta para una evaluación rápida pero a su vez fría e impersonal.
También el tiempo que empleamos en acompañar al estudiante.
Las asesorías son un apoyo adicional que muchos estudiantes no las aprovechan
sino hasta el último momento. Dentro del campus, a nivel preparatoria
invertimos mucho en la asistencia a las asesorías. Detectamos a los alumnos con
bajo rendimiento y proporcionamos tiempos y espacios adicionales a las
asesorías ya programadas para atenderlos. Estamos en continuo contacto con
padres de familia.
La preparación profesional docente ha cambiado ya que ahora
tenemos que ser profesionistas, pedagogos y especialistas en tecnologías. Pero nuestro mayor reto es la creatividad para desarrollar actividades retadoras, que enganchen al alumno, que transmitan la emoción y pasión que a nosotros nos genera.
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